Cómo cuidarla y mantenerla.
Hasta que la bola de musgo quede cubierta
Hasta que desaparezcan las burbujas
Hasta dejar caer el exceso de agua (sin apretarla)
En su espacio habitual para habituarse
La palabra KOKEDAMA significa “BOLA DE MUSGO” hace referencia a una técnica milenaria originaria de Japón que consiste en plantar una planta en una maceta natural con musgo. Por su aspecto, podría parecer una planta de cuidado delicado que, pero en realidad solo necesitará que la observes y compartáis momentos juntas.
RIEGO
Sumerge la bola de musgo dentro de un recipiente con agua, esto le va a permitir absorber el agua que necesita. Podrás Observar que salen unas pequeñas burbujas de aire una vez lo sumerjas, eso quiere decir que está nutriéndose.
Saca la bola y ayúdala a evacuar el exceso de agua con una suave palpación o también la puedes dejar escurrir por ella misma. Es un momento de vinculación sensorial entre tu kokedama y tú, ¡disfrútalo!
La frecuencia de riego depende de muchos factores, luz, temperatura, humedad etc. El peso de la bola indicará si necesita riego. Una vez que sumergimos la bola de musgo en el agua, su peso aumenta, por lo tanto, si el peso de tu bola es ligero es un indicador que necesita un baño.
Además de atender al riego es conveniente pulverizar con frecuencia tanto el musgo como las hojas para aumentar la humedad ambiental y también favorecer la limpieza y el correcto desarrollo de la planta. Siempre respiran mejor con unas hojas limpias.
UBICACIÓN
Las kokedamas prefieren temperaturas y ambientes estables que varíen poco a lo largo del año. Busca un lugar bien iluminado sin sol directo. Evita las corrientes de aire, radiadores o aires acondicionados.
TRASPLANTE
Con el paso del tiempo nuestra kokedama crecerá y necesitará enraizar en un lugar donde desarrollarse.
Pasado un año, el musgo perderá su color verde y aunque siga aportando humedad al sustrato y continúe siendo su maceta es posible que sus propiedades se vayan perdiendo. La kokedama crecer en un lugar más grande donde enraizar y crecer.
Es el momento de trasplantar tu kokedama a una maceta convencional, para ello retira el musgo y planta el cepellón igual que harías para trasplantarla a una maceta más grande.
Descubre la fuerza regeneradora que yace en el corazón de la tierra. Cada hoja, cada flor, es un recordatorio de nuestra capacidad para cultivar la belleza y la vitalidad.
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